martes, 28 de enero de 2014

Los pies, base de nuestro cuerpo son los que soportan las innumerables actividades que exigen nuestro diario andar.
Relajar los pies con agua caliente y sal después de un día exhaustivo es un tratamiento simple, económico y reconfortante que va a proporcionar sensación de alivio.
El agua caliente ayudará a relajar los músculos tensionados, cansados y con dolor,a estimular  la circulación sanguínea y a eliminar las células muertas de la piel; neutralizará los problemas  de sudor y olor de los pies; suavizará las durezas y callosidades y brindará protección a los pies y las uñas.
Los baños con sal común o algunas sales especiales como las sales de EPSOM o las sales marinas son recomendables para calmar el dolor de pie producido por algunas lesiones o por artritis.
Llenar un recipiente con agua caliente suficiente para que llegue hasta los tobillos y sentarse cómodamente para que los pies queden bien apoyados. Agregar dos cucharadas de la sal elegida y agitar para que se disuelva. Agregar si se desea, como aceites esenciales de lavanda, menta u otros.
Dejar remojar los pies en el agua durante treinta minutos.
Retirarlos,secarlos suavemente con una toalla seca y frotar con alguna crema humectante
NUESTRO CENTRO DE PODOLOGIA LOLA CHANS, atendido por podólogas universitarias 
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